(Esto viene de una charla conmigo misma en el shout box)
- Cada día te ponés más cursi, aún cuando estás pa' trás negra eh.
- Sí, la verdad que sí.
- Che, ¿y por qué no ponés foto acá?
- Y, porque es un blog, no un flog. Si fuera un flog pondría foto, pero ¿para qué quiero atraer buitres a mi campito de lavanda?
- No sé, ¿no te divertís a veces con las cosas que te dicen?
- No, me rompen las bolas, sólo eso. Algunos se dan por vencidos fácil, y ni siquiera tengo que desadmitirlos. Otros son más insistentes.
- Al menos te mantienen el ego alto.
- Ni siquiera eso, si lo hacen con todas por igual, da lo mismo qué te digan, ya sabés que es la misma frasecita que se saben de memoria.
- Me olvidaba que hablo con la señorita no-especial.
- Es la verdad, soy una más. Nada de "única", nada de "diferente a las demás". Hay miles parecidas a mí. No busco nada raro, no pienso nada raro. A las minas les gusta sentirse especiales y se deprimen cuando se dan cuenta de que no lo son.
- Sí, siempre les gusta sobresalir, pensar en sus adentros que tiene algo que la hace irrepetible. Y toda esa sarta de pelotudeces.
- Claro. Yo no. Sé que soy común, que hay cientos de otras como yo, con la misma personalidad, los mismos arranques, miedos y obsesiones.
- ¿Y no te desanima eso? ¿Saber que sos una más de la bolsa?
- Quizá en otro momento sí. Esos años en los que querés diferenciarte, querés buscar tu propio ser, tu propia manera de estar en el mundo.
- O sea que vos ya la encontraste.
- No, ando flotando por ahí. Tampoco me importa demasiado.
- Ja, ahora te las das de bohemia.
- Para nada, ni siquiera sé bien lo que significa. ¿En qué estábamos?
- En que odiás los fotologs.
- Ah, sí, cierto.
- Che, ¿salís hoy?
- ¿Qué pregunta es ésa? Sabés que nunca tengo con quién. Y que me da frío en estas épocas.
- Quería ver si variabas la respuesta. Agarrarte desprevenida, ver cómo respondés bajo presión, o algo así.
- ¿Eh? ¿Qué bicho te picó?
- No sé, una abeja capaz, soy alérgica a ellas.
- Mentira.
- No, ¡es cierto! Yo no miento.
- Yo tampoco.
- Mentirte a vos misma cuenta como mentir, ¿sabías?
- No, no cuenta. Es como decirle a tu sobrino que Papá Noel le dejó un regalito en tu casa.
- Cierto que vos ponías las reglas acá.
- Me caés bien piba, me gusta cuando me das la razón.
- Te gusta que te den la razón, pero pocas veces la concedés vos.
- Exacto. Ésta es una de esas pocas veces, pero como te doy la razón a vos, que soy yo, ¡no cuenta!
- Claro que sí.
- Claro que no.
- Que sí.
- Que no.
- Basta, mi cerebro se pliega sobre sí mismo y me llamo recursivamente infinitas veces, pará la moto piba.
- Ok, pero sólo porque me caés bien y porque no me pediste foto.
3 comentarios:
Che, no es por nada... Pero hay varias cosas para objetar desde el una óptica masculina respecto de esto. Otro día en al msn capaz las charlemos, nos vemos.
Me gustaría ver tus fundamentos (espero que no defiendas a los buitres Hipo!!)
:P
así sin más, me topé con tu blog...yo soy nueva en estas artes, pero amo las palabras. todas. las simples, las que arrancan bostezos, las alarmantes, las que acaban amores, las que tropiezan y no salen...en fin todas. me gusta tu blog.
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