lunes, 28 de mayo de 2012

Decir a tiempo

De cuando todavía podía hablar de ella en tiempo presente.




(Habitación del sanatorio, Tandil, 10 de enero de 2012)


Crecí decidida a no parecerme a ella, y al final soy como soy debido a, adivinen.
Me enseñó que para comer y rascar sólo hace falta empezar, que no hay que salir sin abrigo porque seguro a la noche refresca y te enfermás, Marianela, y después no quiero escucharte quejar, que el amor por el estudio es el mejor legado que uno le puede dejar a sus hijos y que rayado y escocés no combinan. Me enseñó a darme cuenta de cuándo alguien no me respeta, de cuándo alguien no se merece mi cariño, y de que ¿viste? siempre se encuentra gente buena.
Lejos de ser perfecta, tiene sus cosas. Jodidas. Bastante.
Yo no soy la hija que ella esperaba que fuera, ella no es la madre que yo querría tener. Ambas lo sabemos pues estas ideas nos las hemos comunicado a los gritos en el pasado.
Pero hoy me dijo "qué feo que tengas que pasar por esto" y le pude responder "lo hago porque te quiero".





Cuatro días después, ya se había ido.

domingo, 21 de agosto de 2011

Y también te da maná.

Para mí que el Gatorade azul está hecho con ese líquido de las publicidades de toallitas femeninas.

viernes, 5 de agosto de 2011

Razones

Escribo porque cuando leo, me dan ganas de escribir.
Escribo para que el tiempo no me pase por encima.
Escribo para llenar el vacío que dejan las cosas que se van, y las que se están por ir, que son las peores porque duelen desde antes.
Escribo para rescatar gotas de cordura y guardarlas en una latita que cuando se llena puedo devolver a mi cabeza.
Escribo para no olvidar.
Escribo porque cuando no lo hago siento que me falta algo.
Escribo porque al poner el último punto no puedo más que sonreír.
Escribo porque el viaje de vuelta a casa siempre me da motivos para escribir.
Escribo porque es la única forma que conozco de tomar una idea y convertirla en un pedazo de realidad al que puedo volver más tarde y examinarlo desde todos los rincones.
Escribo porque es lo que sé hacer y porque a veces, es lo único que tiene sentido.
Escribo porque buscarles sentido a las cosas es lo que hace que yo tenga sentido y, tener sentido es algo muy importante y uno a las cosas importantes las quiere cerca.

Cambios

Ahora, cuando decís todas esas cosas. Discurso impecable, un blablabla infinito que me sé de memoria, condimentado con las pausas en los lugares adecuados y la sonrisa perfecta. ¿Pensás que te creo? Sí, pensás que te creo.
Pues no. Ya no.
Me cruzo de brazos y pienso: Qué pérdida de tiempo.
De repente me río para mis adentros, porque me sé cambiada. Me sé otra.
Y vos no tenés ni idea.
Doy media vuelta y me alejo sonriendo.

Todo eso

Que no quiero sólo estar, que quiero ser. Que no quiero ver pasar los años, que quiero vivir una vida bien vivida y no una película llena de silencios y escenas lentas que no llevan a nada. Que no quiero ser un extra en mi propia historia. Que la protagonista no siempre es la más linda o la más talentosa. Que ya no me como tus buzones, que me doy cuenta de la farsa. Que yo decido, que yo establezco las condiciones. Que no me manejás, que no me conocés tanto como creés. Que no quiero medir mis viernes en base a la soledad. Que no quiero trabajar para tener vacaciones. Que no quiero viajar para escaparme. Que quiero ir al centro de la cuestión. Siempre.

Mariposas vomitan conejos

Cientos de mariposas violentas adentro del estómago, se escapan por los poros, por la boca, por los ojos, en un torrente de colores, en un ataque de libertad.


Y vos, que siempre llegás tarde y con ese aire distraído.


Que bajás las escaleras, salís a la calle y caminás con las manos en los bolsillos del saco, la bufanda ondeando al viento, la cabeza llena de ideas.


Y vos, que nunca estás.

miércoles, 13 de julio de 2011

Una tarde


Música psicodélica, un poco mística. Folk, indie, algo de eso. Una especie de arpa con un par de soniditos techno y una voz lírica hipnotizante.
Ella baila descalza, sobre el colchón que está en el piso. Las uñas de sus pies pintadas de rojo carmesí. Nunca le gustaron sus pies.
La manta naranja en que está envuelta deja ver el tatuaje de su hombro. Fuma con los ojos cerrados y una mano entre las ondas de su pelo enredado. Lentamente, como si quisiera volverse parte de la canción.
El escritorio lleno de papeles y libros viejos. Cuentos sin terminar, buenas intenciones.
Suena el teléfono.
No atiende.
Continúa su danza, no como si fuera lo más importante, no como si el destino del mundo dependiera de eso. No. Sigue moviéndose porque es lo único que tiene sentido en ese momento y porque no tiene ganas de hacer nada más.
No le interesa nadie, ni siquiera ella.
El sol que entra por las rendijas de la ventana cuadricula su piel. Absorta en la apatía, no siente nada y a la vez lo siente todo.

sábado, 2 de julio de 2011

Play

Play.

Quería un cambio pero no quería cambiar. Y ahora soy alguien que tarda más batiendo su café que bebiéndolo.
La semana tiene varios domingos y parece tan absurdo y futil ir contra eso (todo luce como parte de una historia en sepia que sucedió demasiado tiempo atrás).

Rewind.
¿Cuál fue nuestro crimen? Amar la velocidad como desquiciados, escupirle al mundo en la cara (ser jóvenes, escapar).

Un día decidí que iría a pedirlo prestado por un rato. Los de la Oficina Reguladora de Alquiler de Soluciones me advirtieron que sólo funcionaría unas horas y que debía devolverlo.

Slow motion.
Violencia seductora, un poco de esto, un poco de aquello (odio, silencio, pasión, apatía, felicidad).

Fast forward.
Otoño. Relámpagos y calles empapadas donde los frenos patinan (semáforos, gente, un perro mojado, atravesar toda la ciudad).

Slow motion.

Sweaters. Pilotos. Bufandas.

Pause.

Play.
Oscuridad, calor, arañazos. Luz, colores y telas brillantes. Rojos intensos que hieren la penumbra gris de la fría habitación. Euforia, dolor, ventanas empañadas.
Sonidos, texturas, olor a su piel.
Un beso y luego otro y luego otro.

Stop.

lunes, 30 de mayo de 2011

Fixers

Nacimos para arreglar. Para encontrar grietas y querer llenarlas con conceptos que cierran, con soluciones que tienen que funcionar. Para ir cuidadosamente de la teoría a la práctica.
Deducir, atar cabos, sacar conclusiones, generalizar, entender las causas.
Y sin embargo, lo mejor que sabemos hacer, y lo que terminamos haciendo, es poner parches sobre cosas que ya estaban rotas antes de que llegáramos.

martes, 24 de mayo de 2011

(Como la tristeza)

Ella se sentía cansada de remar contra la corriente. Y aun así, seguía intentándolo. Los problemas parecían encontrarla, y no tener fin.









Sí, el blog está pasando por una etapa azul.

viernes, 20 de mayo de 2011

Ñññññcccccc

Ok, empecemos por el principio.
Cine de suspenso.
No, en serio. Resulta que rayaban autos. Sí, rayaban autos y la minita de cara anónima esperaba en algún lugar random, no importa realmente dónde.
- ¿Rayaban autos? ¿Por qué rayaban autos?
No sé. La cosa es que así iban avanzando por la calle, y en verdad no se veía mucho porque había una niebla que desfiguraba los rostros, las miradas y las voces.
Sólo se percibía una atmósfera de tensión y adrenalina únicamente interrumpida por el ññññññccccc de la pintura de cada auto contra el que estos vándalos descargaban su... Su, no sé, algún sentimiento, alguna de esas cosas que llevan a la gente a comportarse así una madrugada y olvidar todo el día siguiente.

A la calle le faltaban luces y le sobraban lomas y estos torpes, ebrios de poder y juventud, no sabían a dónde iban ni para qué.
A fin de cuentas estaba todo mal porque
ella no sabía cocinar y él era un pésimo malabarista.

martes, 17 de mayo de 2011

.

Tiro la toalla, doy un portazo y me voy silbando bajito.



Too good to last.

Época de abusar de los adjetivos para desviar la atención de las cosas importantes

Últimamente no puedo escribir nada sin que suene a falso misterio metafórico encubridor.

En busca de una para mí

Canción para pegar la cabeza a la ventanilla del colectivo. Para levantarse del asiento, ir a tocar el timbre, bajar y seguir el ritmo de la batería al caminar.
Canción para perderse en la letra, mezclarse con la melodía hasta hacer una masa indefinida y no poder darse cuenta de dónde empiezan y terminan los pensamientos propios.
Canción para evadirse. Canción para conectarse.

Siempre hay canciones así.