jueves, 29 de mayo de 2008

Otoño

Cuando el otoño ya no duela, cuando las sensaciones se congelen, cuando el frío termine de matar las palabras que quieren escaparse. Cuando el miedo deje de vendar los ojos y atar las manos. Cuando la puerta se termine de cerrar, cuando tire la llave, cuando baje la persiana.
Cuando ya no me muerda el labio, indecisa y culposa. Cuando ya no dé vueltas.
Va a ser tarde, ¿o va a ser precisamente el momento justo?
No.
Seguro va a pasar de largo. Se va a encargar de camuflarse, y va a pasar caminando en puntas de pie sin que me percate de él.
Tiene pensada una maniobra infalible de distracción.
Ahhh sí, lo tiene todo planeado.
¿Quién? Él: el momento... Junto con el tiempo (su jefe) y la oportunidad (la peor de todas). Flor de turros esos tres.
Voy a estar mirando para otro lado o quizá para adentro, y no voy a ver cómo se escapan.
Casi me van a rozar pero no me voy a dar cuenta.
Nunca.
Y al final, algún día, voy a tener esa sensación de que me perdí de algo. O quizá ya la tengo.
Isn't something missing?
Voy a subir esa escalera, sola. Mis pasos van a hacer eco y mi aliento un poco de vapor en el frío de esa tarde otoñal.
Todo queda atrás, los buenos momentos, las risas, los amigos, las soledades.
Todo lo que alguna vez fue, en algún momento pierde sentido, "como notas discordantes en una canción conocida".
Ya no pertenezco a ningún lado. Mi ausencia no se notará, porque hace tiempo que no estoy.


Losing hope is easy, when your only friend is gone and every time you look around, well, it all, it all seems to change

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