sábado, 14 de junio de 2008

Mis mañanas

Típica conversación matinal entre mi madre y yo. A la mañana.
Y... sí.

- Marián, decile a papá que nos traiga la leche.
- Quiero dormir mamá.
- ¿O no que papá nunca prende los calefactores? Y la casa está helada, y si yo me levanto estando la casa helada empiezo a toser.
- Quiero dormir má.
- Yo no sé, tu padre nunca tiene frío y se piensa que los demás tienen que ser todos como... ¡¡¡Ay mirá Marián ese viejo va por la calle hablando solo está más loco que yo!!!
- Vos también hablás sola.
- Ah sí pero yo hablo sola dentro de casa, no por la calle, es distinto y ¿qué puedo hacer hoy para comer? ¿Querés que te haga un arrocito o...? ¡Ay mirá ese perro todo desplumado, parece que lo llevaron a la peluquería!
- Mamá, quiero dormir un rato más...
- ¿Le podríamos decir a papá que nos haga un cafecito no? No le cuesta nada tirarnos unas facturitas y calentar el agua, porque si no yo me pongo a toser... A ver si le chiflo...
(Ahí chifla como nene de 6 años y no se escucha nada; lo único que logra es que mi gato levante las orejas desde el pie de la cama)
- No te va a escuchar mami...
- Capaz que sí, probá vos que te sale más fuerte, dale, probá vos, probá.
- Mamá, yo no tengo hambre, ni tengo ganas de chiflar a las siete de la mañana, ¡quiero dormir!
(Acá es cuando mi viejo aparece para ver qué es tanto griterío)
- ¿Qué pasa que hay tanto griterío?
(Siempre es la misma frase)
- Nada Miguelito, que Marián quiere que le lleves el desayuno a la cama.
(¿?¿?¿?¿?)
- Ah, ¿también eso? ¿Qué tiene, coronita?
- Sí, es bueno que desayune, pero de paso, ya que estás, trame un tecito a mí.

A esta altura mi viejo ya prendió la luz de mi pieza, se llevó al gato para darle de comer -con lo cual pierdo la única fuente de calor para mis pies, ya que en invierno las mascotas reemplazan a la bolsa de agua caliente-, y quizá hasta me levantó la ventana, dejando entrar toneladas de rayos de luz asesinos que chocan contra mis todavía apachurrados ojos.
Luego de unos minutos me encajan una taza de café y un montón de comida, el gato me mira con cara de Vos-realmente-pensás-comer-todo-eso, y le contesto con una de Sí-gatito-y-ni-se-te-ocurra-olfatearlo.
La cosa es que después de desayunar, mi vieja se vuelve a dormir por tres o cuatro horas más y yo me quedo completamente desvelada, y ay de mí si le pregunto algo, porque me dice: "¿Y para eso me despertaste?"




Ejem, ejem... Interrumpo esta publicación para comentar que estoy muy contenta porque voy a ser tía por segunda vez ^^ Al fin una buena :)

2 comentarios:

Unknown dijo...

Odio que me despierten XD


aaaaaaaaa

Anónimo dijo...

Volvi a los bloggs...hablando de fotologs y demas me acerque a leer el tuyo....me gusta!!

Besitos nena! :)
Pasate por alla cuando quieras ;)