sábado, 21 de junio de 2008

Saber

Dejarme sin respiración por un momento cuando pasás a mi lado, no demasiado cerca, no, sólo lo suficiente para sentir tu perfume.
Probarte.
Sentirte.
Saber qué gusto tiene tu boca.
Conocer la calidez de tus manos, y cuán lento me recorrerían.
Que claves tus ojos en mí, a diez centímetros de mi cara.
Saber qué se siente que me pienses.
Si de algún modo te enteraras cuántas veces aparecés en mis delirios, me creerías desquiciada.
Y tal vez lo esté.
Pero no lo demuestro, no, no.
Soy especialista en ocultar todo, en maquillar cualquier indicio, en esconder cualquier debilidad.
Simulo, disimulo.
Y nunca te vas a dar cuenta. Jamás.
Y otra vez la adrenalina.

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