domingo, 29 de noviembre de 2009

La vida es ahora

De vez en cuando me bajo de este mundo que gira tan rápido, pido gancho y me dedico a contemplar. Primero las caras, las personas, pasan a gran velocidad mientras me quedo parada, y después todo se va deteniendo y parece moverse en cámara lenta.
Miro a mi alrededor, y veo gente que representa un refugio para mí. Gente que me llama para ver cómo me fue en un examen, o que me cuenta anécdotas sobre el perro de su abuela, sólo para alejar mi pensamiento de las cosas que me molestan.
Gente amiga.
Y qué lindo es ver que los amigos van cumpliendo sus sueños. Que de a poco todos vamos encontrando nuestro lugar.

Algunos prontos a recibirse, otros pensando en probar los placeres y los castigos de la convivencia...
Viajes, recitales, oportunidades de trabajo. Pequeños momentos de gloria. Fotos con nuestros ídolos. Reconocimientos. Errores. Caídas. Independencia. Soledad.
Está el que luchó contra viento y marea y decidió arriesgarse a cambiar de carrera, o trabajó varios años para, por fin, seguir su instinto y estudiar lo que le gusta a pesar de los deseos de su familia. Está el que todavía no se decide, y no importa, porque todavía queda tiempo.
Es el momento de elegir, de arrepentirse, de pegar la vuelta y empezar a caminar para el otro lado sin razón.
Todavía quedan fuerzas, quedan ganas, queda casi casi todo.
Veo a mis amigos, algunos tan cambiados, otros tan intactos.
Algunos van encontrando lo que venían a buscar, otros aún no empezaron o no saben qué buscar.
Con otras expectativas, otras ilusiones, distintas de las que teníamos a los 12 años. Cansados de muchas cosas. Sí, a esta altura y ya cansados de algunas cosas.
Lo importante es que van eligiendo su camino. De a ratos acompañados.
Un par de corazones rotos y de historietas inconclusas.
Son pocos nuestros años, nuestra experiencia.
Siempre nos dicen que tenemos toda la vida por delante. Y espero que así sea, que tengamos muchísimos mañanas con los que pelearnos y a los cuales vencer.
Y ojalá que cuando pase el tiempo, todavía nos reconozcamos y, detrás de anteojos, ropa elegante y lo que sea, sigamos siendo nosotros.

No hay comentarios.: