domingo, 16 de marzo de 2008

Siempre para siempre



"Y vivieron felices para siempre"...

Claro que nadie te cuenta que años después la hermosa princesa engordó 15 kilos, ya no le andaban los vestiditos de doncella (de doncella le quedó sólo el nombre); le salieron arrugas; rezongó con los chicos y fregó todo el castillo... Mientras el príncipe se iba de jolgorio con los amigos o se dejaba tentar de vez en cuando por alguna que otra bruja malvada, 10 años más joven.

Como siempre digo, "final feliz" es una contradicción (gracias Dawson Leery, gracias).
Pero, sin duda, peor que las historias que terminan, son las que se quedan dando vueltas en el lugar sin avanzar. Se retroalimentan y se contaminan, se trasmutan, se camuflan, pero en el fondo es la misma historia que se repite constantemente.
(Uy cayó un tema zarpado en el Winamp) (Perdón por la interrupción) (♫Oh yeah, it's in his kiss...♪ Uououoh...♫)
Como venía diciendo... No creo en los finales felices, porque no creo en los finales.
Basta.

1 comentario:

Malandra dijo...

Los finales no existen, de acuerdo... y los comienzos? ¿podríamos registrar un principio y dejarlo abierto para siempre? Hola... ma hago llamar Mala La Musa. Es la primera vez que leo un blog que no es el mío... y me ha agradado bastante tu forma de escribir. Yo soy diferente pero sorpresiva. Saludos a ti y a tu gente argentina, desde México! Sigue disfrutando de la vida mujer.