En una esquina del riiing, con el pelo desorbitadamente inflado...
¡¡¡Laaaaas mujeres del mundo!!!
En la otraaa... Invicto desde que existe la humedad... Señoras y señores...
¡¡¡El friiiiizz!!!
Señor frizz, en pantaloncitos negros y mirada insolente. Peor que las suegras. Peor que un auto salpicando agua de un charco justo cuando uno está por cruzar. Peor que mancharse con mostaza al agitar el pote. Molesto como un mosquito en la oreja. Odioso como una manada de nenes en edad escolar subiendo al colectivo a los gritos el día que te olvidaste de cambiar las pilas de tu mp3.
Hechas las presentaciones...
Origen del frizz
(Ah, ¿querían saber cómo termina la pelea? K.O. a los 10 segundos. A los 3 se detuvo la pelea por culpa de una mujer al borde de un ataque de nervios que quiso asesinar al frizz con una planchita. No funcionó. Fue internada minutos más tarde. Al frizz no le importó.)
Siendo mujer y sufriendo las consecuencias de este malvado personaje, me puse a pensar qué lo genera. Decidida a encontrar la solución, entrevisté a un sujeto peculiar directamente relacionado con el tema. Ya saben lo que dicen, es creer o reventar.
(Para evitar demandas, utilizaré el tiempo condicional.)
El frizz podría ser causado por una serie de individuos de tamaño muy pequeño, llámense duendes, gnomos, angelitos, etc., que se acercan a la cama a la hora de dormir y se acurrucan contra el pelo de las damas (y en ocasiones, contra hombres melenudos, a quienes no llegan a distinguir en la oscuridad de la habitación), dispuestos a hacerse una siestita porque les parece suave y cómodo, y son muy sádicos, así que les gusta hacer daño porque sí.
Ah, creo que no dije aún que son invisibles.
Son invisibles.
Una vez que se duermen empiezan a respirar por la boca, largando diminutas cantidades de aire tibio que va a parar al cabello de indefensas mujeres (y en ocasiones, hombres melenudos que no llegan a distinguir bla bla bla... bueno, ya saben), dando lugar a lo que conocemos como frizz o el fenómeno tengo la cabeza como un león.
No hay nada contra estos seres, los shampoos (tuve una lucha encarnizada con la palabra shampoo que estaba emperrada con que la escriba en español pero le gané) anti-frizz lo único que hacen es darle al pelo un olor particular que estos duendecillos tienden a evitar (es que los señores que hacen los productos para el cabello saben todo esto que estoy contando, pero lo ocultan), pero ellos son vivos. Sí, son muy bichos. Se ponen un brochecito en la nariz y se matan de risa.
Se ríen tan bajito que no los llegamos a escuchar, por lo que su existencia no se encuentra en peligro y probablemente esto siga así por los siglos de los siglos.
(Yo estos datos los sé porque a mí me los contó uno de ellos, uno muy buchón, digamos, el ser "X", cuya identidad no puedo revelar porque sus compañeros lo matarían. Son extremadamente vengativos.)
Un dato importante y que podría, en algún momento, cambiar el rumbo de las cosas, es que actualmente tienen problemas para encontrar pareja porque los machos presentan tendencia a la fobia al compromiso, y las hembras ya no desean tener tantos cientos de hijos como era común en décadas anteriores. Pero lamentablemente, mientras su población sea numerosa, las mujeres tendremos que abandonar esta lucha tan injusta contra el demonio del frizz y los gnomitos sopladores.
4 comentarios:
Interesante teoría.
Tal vez consulte a los gnomos y duendes del Bosque, que perteneciendo al mismo mundo me podrían contar algo sobre estos seres creadores del friszz, y, tal vez, decir algún secretito para combatirlos... ;-D
Ciao!!!
sabés que pensé en ellos? pero algo me dice que no te van a contar nada :P
Hete aquí una pregunta ¿el Frizzé lo hacen los duende franceses?
me parece que vos hablaste con el mismo duende buchón que yo :O
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