jueves, 7 de mayo de 2009

Descubrieron América

ODIO PROFUNDAMENTE que mis viejos pasen por la pc mientras escucho música y digan: "¡¡¡ESO es de mi época!!!"

Nota: Vale para expresiones similares como: "Esa canción es de cuando yo era pibe", "Mirá Marta lo que escucha Marián, de cuando íbamos a los bailes", "Pufff de la época de María Cañás esa música".
Y sepa Dios quién carajo era María Cañás.



EDICIÓN de último momento: Con razón no iba a saber quién era esa señora. Es que se llamaba María Castaña. Perdón por el lapsus.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Les voy a meter micrófonos

¿Alguien sabe qué hacen los grillos en el invierno?
O mejor dicho, cuando no es verano, porque en otoño y primavera tampoco se los escucha decir ni A.
Vamos de nuevo:
¿Alguien sabe qué hacen los grillos en el no verano?
¿Se acuestan a dormir? ¿Se vuelven mudos? ¿Cantan bajito? ¿Cuando hace frío se quedan afónicos y no les gusta desafinar?
Por favor, todo aquél que tenga alguna teoría sobre esto, que lo comparta con el resto.
Gracias.
No, no estoy bromeando, ¡esto es MUY serio! ¬¬

Un loco más

Tomó aliento y se dio cuenta de que en verdad, nunca había respirado.
El aire entraba y le inflaba el pecho y no podía contener la risa, las ganas de gritar, de empezar a correr y saltar y decir "buen día señora", "buen día señor", "¿lo ayudo con eso?".
Si eso era vivir, entonces jamás había estado vivo.
Sí. Eso era vivir.
Todo olía a sueños desatados, a tiempo bloqueado sin previo aviso, a almendra y a durazno.
Hasta las hojas de los árboles, que ese otoño caían particularmente lentas, le parecían hermosas y sabias. Se desplazaban con tanta naturalidad que lo hacían emocionar.
Se sentía parte de algo. Algo grande.
La gente en la calle no comprendía. La gente nunca comprende.
Lo miraban y decían "éste es un loco".
Pero no le importaba. Estaba viendo el mundo por primera vez, ésa era razón más que suficiente para sentirse feliz, lleno de energía, imparable.
Y es que
tal vez, así se sentía ser libre.

Quizás sabía a libertad (Algo que me hizo pensar)

Había muchos caballos en un verde prado cercado, comiendo pasto.
El lugar era grande, tenían espacio para correr y reposar y todas esas cosas que los caballos hacen.
Y sin embargo había uno pequeñito que sacó la cabeza por el alambrado con gran dificultad y empezó a masticar el pasto que había del otro lado.

(
Para los amantes del simbolismo, advierto que no es ninguna metáfora, lo vi hoy mismo a través de la ventanilla del colectivo, volviendo del campus. El caballo terco se puso a comer lo que estaba por fuera de los límites de su terrenito, teniendo todo el pasto verde y sabroso - si fueran equinos usarían ese adjetivo - al alcance de los dientotes.)