miércoles, 13 de julio de 2011

Una tarde


Música psicodélica, un poco mística. Folk, indie, algo de eso. Una especie de arpa con un par de soniditos techno y una voz lírica hipnotizante.
Ella baila descalza, sobre el colchón que está en el piso. Las uñas de sus pies pintadas de rojo carmesí. Nunca le gustaron sus pies.
La manta naranja en que está envuelta deja ver el tatuaje de su hombro. Fuma con los ojos cerrados y una mano entre las ondas de su pelo enredado. Lentamente, como si quisiera volverse parte de la canción.
El escritorio lleno de papeles y libros viejos. Cuentos sin terminar, buenas intenciones.
Suena el teléfono.
No atiende.
Continúa su danza, no como si fuera lo más importante, no como si el destino del mundo dependiera de eso. No. Sigue moviéndose porque es lo único que tiene sentido en ese momento y porque no tiene ganas de hacer nada más.
No le interesa nadie, ni siquiera ella.
El sol que entra por las rendijas de la ventana cuadricula su piel. Absorta en la apatía, no siente nada y a la vez lo siente todo.

sábado, 2 de julio de 2011

Play

Play.

Quería un cambio pero no quería cambiar. Y ahora soy alguien que tarda más batiendo su café que bebiéndolo.
La semana tiene varios domingos y parece tan absurdo y futil ir contra eso (todo luce como parte de una historia en sepia que sucedió demasiado tiempo atrás).

Rewind.
¿Cuál fue nuestro crimen? Amar la velocidad como desquiciados, escupirle al mundo en la cara (ser jóvenes, escapar).

Un día decidí que iría a pedirlo prestado por un rato. Los de la Oficina Reguladora de Alquiler de Soluciones me advirtieron que sólo funcionaría unas horas y que debía devolverlo.

Slow motion.
Violencia seductora, un poco de esto, un poco de aquello (odio, silencio, pasión, apatía, felicidad).

Fast forward.
Otoño. Relámpagos y calles empapadas donde los frenos patinan (semáforos, gente, un perro mojado, atravesar toda la ciudad).

Slow motion.

Sweaters. Pilotos. Bufandas.

Pause.

Play.
Oscuridad, calor, arañazos. Luz, colores y telas brillantes. Rojos intensos que hieren la penumbra gris de la fría habitación. Euforia, dolor, ventanas empañadas.
Sonidos, texturas, olor a su piel.
Un beso y luego otro y luego otro.

Stop.