martes, 8 de julio de 2008
Chocar contra una pared
No insistan. Hoy no estoy para nadie.
Bueno, sí estoy. Si es sabido que quien me venga a hablar nunca encontrará un no como respuesta. Si de seguro voy a colgarme del cuello del primero que me quiera escuchar.
Harta. Cansadísima de atormentar a mis amigos con los mismos dilemas.
Ante los ojos de los demás, las cosas que me pasan ¡se ven de simples!
Como una ecuación con solución única. El problema es que yo veo muchas soluciones y cada una me asusta más que la anterior.
¿Por qué justo ahora se me viene a complicar así el panorama? ¿Con qué derecho se inmiscuyen en mis pensamientos esta clase de cosas?
No tiene ningún sentido, ningún fin, ninguna razón de ser.
Sé reconocer cuando algo es peligroso, cuando algo no me hace bien, cuando algo a la larga me va a perjudicar.
¿Y qué hago? ¿Lo esquivo? ¿Soy previsora?
Pues no, amigos, no. Voy derechito al choque. Plantada bien en el medio de la calle, cosa de que venga el camión de frente y pum.
Claro, así me quejo después eh. Así me recrimino a mí misma, "¿por qué no te corriste antes?".
Y tal vez, la respuesta sea que no me quise correr.
Bueno ahora me la tengo que bancar, ¿no?
Pero duele, saben, duele muchísimo.
Se pagan caro los instantes de rebeldía.
Toda mi vida me guié por reglas. Amo las reglas. No sé vivir sin ellas. Y encima pretendo hacer que los demás también las sigan.
Pero a veces, y sólo a veces, me escapo yo también. Y está bien, es necesario, pero mi costumbre es escaparle a las reglas útiles.
No, no a la de lavarse las manos antes de comer. Hablo de otro tipo de reglas.
Una de ésas que te ahorran lágrimas.
La sabiduría de saber cuándo frenar.
No la tengo. Creo que la sabía. Pero, pluf, se me olvidó.
O quizá siempre lo tuve en mente y aún así dije: ¿Y a mí qué?
Y vaya que me salió caro.
No se sale sin rasguñones después de pensar "qué tal si...".
No se sale ileso.
Hay ciertos viajes de los que uno vuelve siendo otro.
Hay cosas irreversibles.
Porque no se puede revertir su resultado, o porque nunca hubo uno.
Odio la incertidumbre.
Odio quedarme con la intriga.
Odio no animarme.
¡¡¡¿Por qué?!!! ¿Por qué tengo que ser así? ¿Por qué tengo que desafiar siempre las cosas? ¿Para darme contra una pared? ¿Para aprender?
Si al final no aprendo nada. Si después de todo vivo diciendo que la próxima vez voy a pensar en vez de sentir, porque así se ahorran daños, porque es lo correcto, porque no hay que alterar el orden natural de las cosas.
Pero en seguida salta la parte inconformista de mí a, lisa y llanamente, joderme la vida. Le encanta. Adora hacer eso... Adoro hacer eso...
Sí, creo que soy yo después de todo.
¿Y qué hacer ahora? ¿Terminar de arruinar todo con la vana esperanza de que funcione la teoría del caos en este pequeño sistema frágil que construí? ¿Esperar entonces que casi mágicamente del desastre surja el orden?
No creo tener tanta valentía para dar el paso final.
No creo recibir ayuda externa.
Siempre sola, siempre sola.
Y me cansé.
Aunque no haga nada, aunque deje todo así, aunque no quiera ni mirar, todo va a estar esperándome cuando me decida. O no.
Me encantaría levantarme mañana y darme cuenta que todo fue un sueño, pero no va a ser así.
No puedo volver el tiempo atrás. No puedo hacer como si nada hubiera sucedido, simplemente porque llegué demasiado lejos.
Me abandoné a mi suerte. Me dejé llevar. Y estoy tan adentro que no puedo salir.
Y aunque salga, no voy a ser la misma.
Salvo que...
¿Que qué?
Nada...
¿Nada de verdad? ¿O nada como cuando alguien me pregunta "qué te pasa" y contesto "nada"?
¿A vos qué te parece?
A mí, me parece que la próxima vez que te hagan esa pregunta, deberías contestar con la verdad.
No va a haber próxima vez.
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5 comentarios:
Se pagan caros, los instantes de rebeldía. Me quedo con eso, porque soy muy rebelde y la mayor parte del tiempo, pretendo "no estar para nadie". Abrazos.
hola
lindo blog me gusto
espero visites el mio
yo pasare mas seguido por aqui
byE
saludos desde durango mexico!
WoW Te sigo leyendo me enganchaste!
no puedo dejar de pensar en lo extraordinariamente identificada que me siento con este texto...
No creas q estas sola... al menos en el sentimiento de estos brotes... Pasan..., poco, de vez en cuando, muy seguido... pero pasan.
Y hay q saber correrse del medio de la calle, y aprender a caminar por el cordon....SIEMPRE por el cordon
Todo pasa al final eh...
Aunque no puedas volver el tiempo atrás, siempre se puede volver a estar como estabas hace tiempo.
Saludos! :)
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