Solía creer en que todo sucede por algo.
Aunque debería decir para algo. Porque causas de los hechos... Bueno, causas hay siempre. Desconocidas a veces, o poco claras, pero las hay.
Consecuencias también. Y yo tenía la convicción de que éstas eran necesarias y de que los hechos se entrelazaban de tal forma de ir construyendo un patrón al que, por ponerle un nombre nomás, llamamos destino.
Un concepto un poco abstracto, intangible, pero también omnipresente e imposible de evadir (como un turno con el dentista).
Lo imaginaba como "algo" (disculpen lo rústica que se ha vuelto mi explicación en este punto) que está en todo lo que respiramos, aunque no lo veamos y no lo podamos manejar. Algo que de algún modo u otro, nos vigila en silencio desde arriba.
Pero a la vez, era para mí como una de esas cosas a las que estamos tan acostumbrados que podríamos vivir sin tenerlas en mente todo el tiempo, porque sabemos que no se van a ir.
Y a pesar de esta doble sensación, yo lo creía real. No ponía en duda su existencia.
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Como casi toda persona con suficiente tiempo libre, me he hecho la vieja pregunta: ¿Es posible modificar el destino?
Mi autoconvencía pensando que si se pudiera cambiar el destino, evidentemente no era el verdadero.
¿Pero es que acaso hay destinos de mentira?
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No sé cuándo se dio el quiebre, tampoco me interesa. Me bastaría simplemente con saber qué creo ahora.
Antes pensaba que cambiar radicalmente de postura sobre un tema relevante, equivalía a contradecirse, a traicionarse.
Pero afortunadamente mi mente se fue abriendo con los años y ahora veo mis cambios de opinión como un crecimiento.
Puesto que requiere una cierta cuota de madurez el poder reconocer que lo que uno creía, se ha vuelto obsoleto o tiene fallas que ya no se pueden dejar pasar.
Entonces pasé de hablar muy segura del karma como ley universal, del destino como algo inexorable y de muchas otras cosas bonitas en las que amaba tener fe, a estar en una etapa donde me planteé la existencia de la casualidad:
Un mundo donde la vida de las personas es marcada por las decisiones que toman ante hechos que les ocurren. Hechos cuya combinación de causas depende únicamente de la casualidad.
Algunas risas, algunas lágrimas y algunas épocas donde simplemente no pasa nada.
Y la diferencia entre las historias de la gente estaría marcada por cómo reaccionan ante los problemas, cómo viven los buenos momentos, cuánto disfrutan de lo simple, cuánto tardan en seguir adelante después de un tropiezo.
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Pero esto no significa que me convenza la existencia de la suerte, no no.
Para mí, alguien que dice tener mala suerte es simplemente alguien que se concentra en ver lo malo, o alguien que, efectivamente, no fue muy favorecido con la secuencia de hechos que le tocó enfrentar.
La estadística, las probabilidades, ésas son cosas reales, que puede que nos favorezcan o perjudiquen, inclinándose a lo bueno (aquí alguien diría que uno está teniendo buena racha, que es afortunado o que "tiene un tarro enorme") o a lo malo (la frase "meado por una manada de elefantes", quién no la ha dicho).
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Hace un par de líneas mencioné al karma. Decía que lo tomaba como ley universal:
"Sembrarás lo que coseches"... "Toda acción tiene consecuencias"...
Según mi punto de vista, cada vez que una persona hacía algo bueno o malo, estaba ganándose una recompensa o un castigo, que recibiría de inmediato o luego de mucho tiempo.
Dejé de ver esta filosofía como una ley por varios motivos:
- ¿Es el karma un ente o sólo un concepto? Es decir, ¿quién (o qué) va "tomando nota" de las cosas que hacemos y se encarga de darle a cada uno lo que merece?
No me cierra. Yo no voy a creer en ninguna forma de inteligencia diferente de la humana hasta que vengan y me lo prueben.
- Hay mucha basura en este mundo que nunca recibe su castigo, o lo hace luego de demasiado tiempo y en forma desproporcional al daño que hizo.
- Hay demasiada gente buena que se desvive por los demás y nunca obtiene su recompensa, y de hecho se banca un montón de piedras en el camino.
- Me da la sensación de que invita a hacer buenas acciones por interés y no por gusto: "Si hago algo bueno obtengo otra cosa a cambio". ¿No es más sincero hacer algo copado por alguien sin pensar en qué pasará después? Puede que ni te den las gracias, ¿y qué?
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A pesar de lo dicho anteriormente, confieso que no quise abandonar del todo el concepto (debe ser que me atrae la idea de un medio de justicia, y que lo místico es seductor, lo reconozco).
Me propuse verlo como algo más flexible y ahora le encuentro mucho más sentido y sobre todo, realismo:
Si hacés cosas buenas, vas a sentirte bien con vos mismo y con los demás.
Viendo y haciendo las cosas de manera positiva vas a cambiar el ambiente que te rodea,y por más mínimo que sea el cambio, lo vas a mejorar y eso da sus frutos.
Cuanto más lazos formes, más gente vas a tener que te apoye y te haga la vida más feliz.
Sé amable con alguien y quizá te recuerde luego y te recomiende para un trabajo, te presente un amigo o te invite a salir un día.
Sé una mala persona y aunque por épocas te vaya bien, van a ser triunfos vacíos y vas a terminar sintiéndote mal y arruinando las cosas que te importan, quedándote solo, infectando los lugares en los que te movés, cerrándote puertas, provocando la ausencia de motivos para festejar y resaltando cada vez más los bajones.
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¿Por qué a mí?
¿Vale la pena hacerse esta pregunta o es retórica?
Yo pienso que aunque al principio nos cuesta aceptar que nos esté sucediendo algo muy malo, al final, lo terminamos adoptando como parte de nuestra historia, porque nos hace ser quienes somos y porque si cambiáramos algo del pasado, el presente tal como lo conocemos no existiría, y el reto es seguir desde este punto, así como está el tablero ahora, por más complicado que parezca el juego.
Dicen que los habitantes de un pueblo se reunieron en la plaza principal un día, cargando cada uno su cruz, para intercambiarlas con quienes quisieran. Comenzaron a contar sus problemas y al final del encuentro, cada uno volvió a su casa con la propia cruz en los hombros.
4 comentarios:
Bueno... si que era larga, con razón se te fue la musa. A no, es que se te terminó la Muza... jaja
Bue, muchas verdades, aunque no analizo tanto las cosas, solo pienso sin analizar, y pienso mucho. Gracias por analizarlas por mí... jajaja
Espera que busco frases para citar...
"...alguien que dice tener mala suerte es ... alguien que, efectivamente, no fue muy favorecido con la secuencia de hechos que le tocó enfrentar." YO YO YO... Uff, el año pasado me fue atroz, a toda la flia. Espero este año se me vaya esa mala suerte. aunque empecé el año desaprobando final... je
"Y la diferencia entre las historias de la gente estaría marcada por cómo reaccionan ante los problemas, cómo viven los buenos momentos, cuánto disfrutan de lo simple, cuánto tardan en seguir adelante después de un tropiezo." Oh, si! Aunque una parte de mí sigue pensando que todo está escrito, hasta la diferencias que dices.
"Si hacés cosas buenas, vas a sentirte bien con vos mismo y con los demás." SISISI!! Amén. jajaja
No sé cual otra era, me perdí, jajaja.
Bueno, me voy. AH! Me perdí Dr. House :(
Saludos!!
El silencio del bosque me está llamando... a tí te invita a que lo visites y leas sus hojas, que van cayendo ya, de las ramas secas, quedando en el suelo y formando un suave colchón otoñal. ;-)
No,filosofia no. Eso que decis esta mucho mas cerca de la Verdad, que el Karma.
Yo sabia que tarde o temprano ibas a dejar ese mundo magico fenomenico para unirte a mi forma de vida "caedeunavez". ja
abrazozzzz
Muy bien!
Así me gusta! Lo importante es aceptar la realidad. Hacerse cargo de todo lo que pasa.
La justicia no existe. No hay una sola particula, estrella, o ser a parte del humano que sepa lo que es la justicia.
Si queres hacer justicia bien por vos, pero no vas a tener ninguna ley natural a tu favor.
Abrazozzz
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